

Está situado en el departamento Indre-et-Loire, sobre el río Cher. Se encuentra entre Amboise (11 Km.) y Montrichard, a 34 Km. de Tours, y 214 Km. de París.
A Chenonceau se le conoce como el "Castillo de las Mujeres", pues su construcción e historia siempre estuvo ligada por las damas de la corte francesa.
En 1547 Diana de Poitiers de 48 años, se convirtió en la amante de Enrique II , hijo heredero de Francisco I, que tenía 28 años. Enrique la nombró Duquesa de Valentinois y le ofreció el castillo. Ella se dedicó a embellecerlo y consiguió que Francisco I, con toda su corte, se trasladara al castillo, por lo que Diana se convirtió en la mujer más influyente del reino y en la enemiga de la Reina, Catalina de Medicis. Tras un trágico accidente, el rey Enrique II perdió la vida y Catalina recuperó el castillo y en 1577 inauguró la gran galería que atraviesa el río, con una fiesta para su tercer hijo, Enrique III.
El castillo fue construido por el banquero Thomas Bohier en 1515 en estilo renacentista sobre el río Cher, haciendo de puente, con cinco arcos y una longitud de 61 metros.Tiene forma rectangular, con torres en los vértices y dos plantas de ventanas cruzadas coronadas por mansardas con ventanas renacentistas.Actualmente es propiedad de la familia Menier, los fabricantes de chocolate.
 En el lado derecho está este torreón circular del S.XV, llamado La Tour des Marques que está separada del castillo y hace la función de control del acceso a través del canal.
En el lado derecho está este torreón circular del S.XV, llamado La Tour des Marques que está separada del castillo y hace la función de control del acceso a través del canal.
Está consideramos como uno de los mejores jardines de todo el Loire. El jardín de Diana de Poitiers se encuentra protegido de las posibles crecidas del río Cher por medio de unas terrazas elevadas sobre el mismo. Por otra parte, el jardín posee un embarcadero, que permite acceder a paseos por el río Cher.

 Después de visitar el espectacular Château de Chenonceau, para mi el mejor de todos, me dirijo a visitar el Castillo de Amboise.
 Después de visitar el espectacular Château de Chenonceau, para mi el mejor de todos, me dirijo a visitar el Castillo de Amboise.
El Château d'Amboise es un castillo que domina desde un promontorio el río Loira a su paso por Amboise, en el departamento francés de Indre-et-Loire. Este edificio alberga la tumba de Leonardo da Vinci, que residió en una mansión de la misma localidad.
Destruido por más de una vez por los normandos, Amboise fue integrado a los bienes de las cuentas de Anjou antes de que pertenezcan a la casa famosa de Amboise-Chaumont y de pasar en 1422 al vizconde de Luis de Thouars en herencia. Pero, Luis d'Amboise participa en 1431 en un complot contra Louis de la Trémoille, favorito del rey Carlos VII, y es condenado a muerte. Posteriormente se conmuta su pena pero su castillo es confiscado por el rey de Francia. 
 Tras visitar Amboise, me dirijo a mi ultima parada del día, Le Château de Chaumont. Este es un castillo muy bonito que está en lo alto de una loma, bien pudiera ser el Castillo de la Bella Durmiente si no fuese ya el Castillo de Ussé.
Tras visitar Amboise, me dirijo a mi ultima parada del día, Le Château de Chaumont. Este es un castillo muy bonito que está en lo alto de una loma, bien pudiera ser el Castillo de la Bella Durmiente si no fuese ya el Castillo de Ussé.
Chaumont está situado del otro lado del Loire sobre una colina sobre el río. Hay que resaltar la entrada principal, con doble puente levadizo. En las torres se esculpieron emblemas, entre ellos las letras Cs entrecruzadas de Carlos II de Amboise, cuya familia poseía la fortaleza del siglo XII que antes se alzaba en este lugar.
En 1481 Carlos heredó Chaumont y realizó varios cambios. Luego, en 1560 la esposa de Enrique II, Catalina de Médicis, adquirió el castillo. La leyenda dice que su astrólogo , Ruggieri, usaba la torre unida a la habitación de la reina como observatorio. Allí le mostró el destino de sus tres hijos en un espejo mágico. La cámara de la reina posee un balcón junto a la capilla, restaurado hacia finales del siglo XIX. En 1562 Catalina le cedió el mismo a Diane de Poitiers, amante de Enrique II, después de expulsarla de Chenonceau.
Los propietarios posteriores del castillo lo descuidaron o lo cambiaron. En 1875 comenzaron los cambios más radicales, cuando el príncipe Amédée de Broglie fue a vivir al castillo con su esposa Marie, una rica heredera. Su lujoso estilo de vida se aprecia en los elegantes establos, que una vez aojaron un elefante, regalo de maharajá de Karpurtala de la India.

Desde la carretera pude hacer dos fotos ya que por esa carretera no pasaba casi nadie.

 Después de Chaumont, tocaba descansar, al día siguiente penúltimo día de la maravillosa ruta del Loire.
Después de Chaumont, tocaba descansar, al día siguiente penúltimo día de la maravillosa ruta del Loire.
 



 Una vez visitado Azay-le-Rideau nos dirigimos al Castillo de Villandry.
Una vez visitado Azay-le-Rideau nos dirigimos al Castillo de Villandry.
 Vale la pena pasear un buen rato por estos maravillosos jardines.
Vale la pena pasear un buen rato por estos maravillosos jardines.






 Tras la visita a estos dos castillos, nos dirigimos a Saumur ya que estaba atardeciendo.
Tras la visita a estos dos castillos, nos dirigimos a Saumur ya que estaba atardeciendo.


 Como veis es espectacular, aunque eso nos costó el no poder entrar a ver el castillo, pero bueno quizás no es de los más importantes de los "chateuax" del Loire.
Como veis es espectacular, aunque eso nos costó el no poder entrar a ver el castillo, pero bueno quizás no es de los más importantes de los "chateuax" del Loire.



 Vistos los dos monumentos más importantes de la ciudad, nos disponemos a pasear por ella. Angers está llena de casas antiguas y la más importante es la Maison d'Adam que data del siglo XVI, su fachada está esculpida con divertidos personajes.
Vistos los dos monumentos más importantes de la ciudad, nos disponemos a pasear por ella. Angers está llena de casas antiguas y la más importante es la Maison d'Adam que data del siglo XVI, su fachada está esculpida con divertidos personajes.



 Una vez nos vamos acercando a través de la carretera que une el continente con la isla, el Monte Saint Michel cobra aún más poder si cabe, y la abadía adquiere un aspecto sumamente impresionante, siendo increíblemente bello si el día está soleado, y nosotros tuvimos suerte ya que salió el sol para nosotros, pero una pequeña desgracia ya que la Abadía estaba en reparación, no se puede tener todo.
Una vez nos vamos acercando a través de la carretera que une el continente con la isla, el Monte Saint Michel cobra aún más poder si cabe, y la abadía adquiere un aspecto sumamente impresionante, siendo increíblemente bello si el día está soleado, y nosotros tuvimos suerte ya que salió el sol para nosotros, pero una pequeña desgracia ya que la Abadía estaba en reparación, no se puede tener todo. Una vez traspasamos los muros de la ciudadela, nos adentramos en otra época, un mundo que sabemos que ya no existe tan solo por los muchos turistas y peregrinos que nos acompañarán en nuestro camino, ya que el aspecto de las laberínticas calles del Monte Saint Michel es el mismo que tenían hace siglos, y no cuesta nada imaginar que detrás de cada esquina puede aparecer un caballero ataviado con su armadura a lomos de un caballo o a un grupo de campesinos subiendo provisiones a la abadía en un carro tirado por bueyes.
 Una vez traspasamos los muros de la ciudadela, nos adentramos en otra época, un mundo que sabemos que ya no existe tan solo por los muchos turistas y peregrinos que nos acompañarán en nuestro camino, ya que el aspecto de las laberínticas calles del Monte Saint Michel es el mismo que tenían hace siglos, y no cuesta nada imaginar que detrás de cada esquina puede aparecer un caballero ataviado con su armadura a lomos de un caballo o a un grupo de campesinos subiendo provisiones a la abadía en un carro tirado por bueyes. Subiendo a la Abadía, el Monte Saint Michel nos ofrece unas magníficas vistas de la bahía bañada por el Océano Atlántico.
Subiendo a la Abadía, el Monte Saint Michel nos ofrece unas magníficas vistas de la bahía bañada por el Océano Atlántico. Por si la visión de la isla con la abadía en lo alto no fuese de por sí impresionante, si la marea está baja los laterales del Monte Saint Michel se convierten en enormes lagos de fango y arenas movedizas, una trampa mortal que en el pasado sorprendía a muchos incautos, y que hoy en día colabora a hacer del Monte Saint Michel un lugar mágico y único en el mundo.
Por si la visión de la isla con la abadía en lo alto no fuese de por sí impresionante, si la marea está baja los laterales del Monte Saint Michel se convierten en enormes lagos de fango y arenas movedizas, una trampa mortal que en el pasado sorprendía a muchos incautos, y que hoy en día colabora a hacer del Monte Saint Michel un lugar mágico y único en el mundo. Cuando llega el atardecer, la marea sube y algún despistado que no ha quitado a tiempo su coche del parking corre el riesgo de que no lo pueda sacar, ya que el parking queda completamente sumergido bajo las aguas.
Cuando llega el atardecer, la marea sube y algún despistado que no ha quitado a tiempo su coche del parking corre el riesgo de que no lo pueda sacar, ya que el parking queda completamente sumergido bajo las aguas. La noche empieza a caer y la gente que no está pernoctando dentro de la isla debe abandonar la misma, pero una última mirada a Saint Michel con las luces de la noche nos muestra el gran acierto de habernos desviado del camino.
La noche empieza a caer y la gente que no está pernoctando dentro de la isla debe abandonar la misma, pero una última mirada a Saint Michel con las luces de la noche nos muestra el gran acierto de habernos desviado del camino. 
  
 
