Nuestro segundo día en Bora Bora comenzaba temprano, habíamos decidido el día anterior hacer una excursión recorriendo la isla en barco.
En la excursión íbamos a ver algunos Motus, y llegaríamos cerca de los arrecifes para visitar a las Mantas y luego dar de comer a los tiburones. Si como leéis íbamos a dar de comer a tiburones.
Evidentemente no os penséis que son tiburones blancos como los de Sudáfrica. Son tiburones mucho más pequeños, pero no dejan de medir entre metro y metro y medio.
Como estaba un poco excitado ante la posibilidad de dar de comer a un bicho con dientes de sierra, me levanté temprano y decidí empezar el día dando de comer a los peces de colores de mi bungalow, para ir cogiendo confianza más que nada.
Desde el Motu se ve la maravillosa isla principal.
La verdad es que fue impresionante, les pudimos dar de comer a estos bichos que son de un tamaño considerable, y que como cualquier animal salvaje tiene su peligro, el de las rayas son en forma de arpón en la cola que si te lo clavas puede incluso causar la muerte a un hombre.
La siguiente parada fue para ver a los ansiados tiburones. El primero en hacer el reconocimiento de la zona fue nuestro guía, que no entiendo el porqué causaba estragos entre el sector femenino, tampoco entendía muy bien porque todas las féminas intentaban mirar por debajo de su pareo.
Nuestro segundo día llegaba a su fin, y con ello casi la estancia en la Polinesia. Al día siguiente nos volvíamos para España al atardecer, así que lo dedicamos a bañarnos en la Laguna y disfrutar de esta isla paradisiaca.
1 comentario:
La foto del monte Otemanu es magnifica.
La del guia también, pero es otra perspectiva.
Estoy enganchada al blog, y este último viaje es un sueño. Gracias por todos los destinos. Que envidia me das.
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