El viaje no se hace para nada pesado, para mi el ir viendo ese paisaje tan verde gracias a las extensiones de arrozales, es sin duda digno de ver. La pena es que nuestro amigo monchi seguía con nosotros, y pensábamos que el día en Halong iba a quedar deslucido.
Llegamos sobre las 10 de la mañana y la primera visión que tuvimos de Halong fue su puerto.La Bahía de Halong fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1.994 y es una de las maravillas naturales de Vietnam. La Bahía de Halong tiene 1.969 islas de las cuales solo 986 tienen nombre. Sus nombres se deben a la imaginación de los vietnamitas, sus nombres dependen de la forma de las islas, así tenemos la isla del dragón, del gallo de pelea, de la tortuga, de los enamorados, etc.
Dentro de las leyendas vietnamitas, Halong se formó porque un dragón dejó ir sus perlas encantadas, para así poder poner trabas al ejército chino que quería invadir Vietnam por el mar. Sea como fuere, gracias al dragón o a la naturaleza misma, la Bahía de Halong es toda una maravilla.
A las 10:30 están programadas casi todas las salidas en barco para visitar la Bahía. Disponíamos un barco para nosotros solos, me pareció una exageración, pero mira así todo es más íntimo. El crucero dura 5 horas, aunque existen cruceros donde pasas el día completo incluso te puedes quedar a dormir en un barco-hotel. Los barcos todos tienen en la proa el símbolo del dragón, uno de los animales sagrados para los vietnamitas, junto con el tigre, la tortuga y el ave fénix.
Y sucedió lo que no me esperaba, justo cuando entrábamos en el barco para empezar el crucero, dejó de llover. Seguía muy nublado, pero por lo menos podíamos salir fuera del barco para ver el espectáculo.
Una vez nos adentramos en la Bahía vemos el primer pueblo flotante, allí se pesca y se comercia. Los barcos que hacen el crucero paran para abastecerse de marisco fresco y de frutas. Seguimos con nuestro crucero...En un momento del crucero nuestro capitán nos preguntó si nos queríamos bañar, y la verdad es que me quedé sorprendido de la pregunta, así que no lo dudamos aunque no hacía sol pensamos que esto no lo podríamos repetir, así que buscaron un buen sitio...y lo encontraron.
El agua estaba en su punto, y el paraje ideal para el baño. Después del chapuzón nos habíamos ganado los deliciosos manjares que nos sirvieron. Gambas tigre, cangrejo, y guisos varios vietnamitas regado con un delicioso vino blanco de la borgoña y de postre un buen plátano. Un festín digno de un rey. Después seguimos el crucero ya de vuelta al puerto, por el camino vimos otro pueblo flotante al lado de la isla de los enamorados. Son dos islitas pagadas una a la otra.
Nuestro crucero estaba tocando a su fin, pero aunque llevábamos casi 5 horas de crucero no nos cansábamos de ver esta maravilla de la naturaleza. El crucero llegó a su fin después de más de 5 horas. Ahora nos tocaba volver a Hanoi, otras 3 horitas de viaje, la suerte es que el paisaje seguía siendo precioso.
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