Después de mi último día en Vietnam hice balance de lo que había visto y vivido.
Después de llevar diez días por Vietnam puedo decir que este es un país encantador. Desde el día en que estábamos aterrizando en Hanoi y veíamos grandes extensiones de plataneros, ya me dí cuenta que era un país verde, de una exuberante naturaleza, lleno de vida gracias a los innumerables ríos que recorren sus tierras.
Este agua que en sus diferentes versiones, (ríos, lluvia, mar) hace que Vietnam sea diferente. Allá por donde vayas en Vietnam, el verde es el color principal, es un verde intenso que para los que estamos enclaustrados en la ciudad hipnotiza, al igual que sus ríos. Ciudad, pueblo o aldea donde estés, allí que existe un río, afluente o lago.
Luego está su gente, amable donde las haya, sobretodo en las zonas rurales siempre hay una sonrisa esperándote, tienen siempre una predisposición para ayudarte en todo lo que puedan.
Y por último su cultura, 1.000 años de dominación china se nota en toda su cultura. Aunque su escritura ya no tiene nada que ver con la china, todavía los ancianos la pueden leer y escribir. El cambio de escritura fue gracias a la colonización francesa y en particular a un fraile que ayudó a occidentalizar la escritura.
Traslado mis pensamientos hasta hace unos días cuando estábamos en Hoian. Hoian tiene playas paradisiacas, de arena fina aunque no sea blanca, extensiones largísimas llenas de palmerales y de naturaleza agreste, que me hicieron pensar que hace 30 años la costa catalana era parecida, (salvando ese punto paradisiaco), la recuerdo gracias a que pasé los mejores veranos de mi infancia en unas playas con poca gente y lleno de descampados con naturaleza digamos "salvaje" y con palmeras que nacían en la playa, pero el progreso se la ha cargado.
Así pues me hice esta reflexión, supongo que está hecha desde el egoísmo y desde una posición privilegiada que los vietnamitas no tienen, y que seguramente muchos no estaréis de acuerdo conmigo, pero eso es lo que pienso.
No deseo que prosperen, ya que el turismo trae progreso, pero destruye el entorno idílico que caracteriza este país. Evidentemente no deseo que pasen hambre (que no lo hacen) pero no deseo que el boom inmobiliario llegue a este país, no quiero que empiecen a cargarse la naturaleza por hacer más hoteles y más resorts.
Tres días después de estar en Hoian, al llegar a Ho Chi Minh, mis pensamientos se reafirmaron. Ho Chi Minh es una ciudad enorme de más de 8 millones de habitantes con más de 3 millones de motos. La ciudad crece día a día y se expande en las afueras, y el precio de esa expansión es la destrucción de la naturaleza que les rodea.
Con el progreso les llegará el "bienestar", pero perderán el encanto que tienen, su naturaleza y sus tradiciones y valores. Cuando pase eso empezarán a echarlo de menos al igual que nosotros.
Aquí nosotros queremos volver a pasear en bici por nuestras ciudades, por eso creamos el carril bici, allí eso ya lo tienen y lo están perdiendo. Cada vez se van suprimiendo más las bicis por las motos y a estás les sucederán los coches, el tráfico y los colapsos..... una pena.
Por todo eso no, no quiero que les llegue el progreso, quiero que sigan siendo tan auténticos como ahora y que leguen lo que tienen a las generaciones venideras.
martes, 18 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Bonita reflexion sudafrica.
Un saludo
Gracias hjunior. Pronto podreis ver las fotos.
Bienvenido sudafrica, deseos@s de ver tus fotos en el blog.
africanito me ha encantado tu viaje, fotos y detallada explicación y lo mejor tu comentario final.....
es muy bonito, gracias por compartir tu viaje
saludos
yubarta
Publicar un comentario