miércoles, 31 de diciembre de 2008
FELIZ 2009
jueves, 11 de diciembre de 2008
Polinesia - Bora Bora 2
Desde el Motu se ve la maravillosa isla principal.
La verdad es que fue impresionante, les pudimos dar de comer a estos bichos que son de un tamaño considerable, y que como cualquier animal salvaje tiene su peligro, el de las rayas son en forma de arpón en la cola que si te lo clavas puede incluso causar la muerte a un hombre.
La siguiente parada fue para ver a los ansiados tiburones. El primero en hacer el reconocimiento de la zona fue nuestro guía, que no entiendo el porqué causaba estragos entre el sector femenino, tampoco entendía muy bien porque todas las féminas intentaban mirar por debajo de su pareo.
Nuestro segundo día llegaba a su fin, y con ello casi la estancia en la Polinesia. Al día siguiente nos volvíamos para España al atardecer, así que lo dedicamos a bañarnos en la Laguna y disfrutar de esta isla paradisiaca.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Polinesia - Bora Bora
Aterrizamos en un Motu, que son las islitas que rodean a la principal, justo al lado del arrecife.
Tortugas, peces de colores, una manta y un tiburón pequeño era la fauna que había en la pequeña piscina del hotel y lo mejor es que dejaban bañarse con estos animales. Las fotos subacuáticas las hice con una cámara de esas de usar y tirar.
Tras el remojón seguimos viendo los alrededores del hotel, y en la recepción nos encontramos con una improvisada fiesta.
Tras la fiesta, decidimos darnos una vuelta por la capital de Bora Bora, Vaitape. La aldea principal no es lo más llamativo de la isla. En su única calle encontrará almacenes, tiendas, bancos, un centro artesanal y el muelle de las naves que van al aeropuerto. Incluso tienen un cajero automático !!!!
Después de hacer unas compras, volvimos al hotel donde preguntamos algún lugar donde cenar y nos recomendaron el Bloody Mary's, cena no muy cara a base de pescado y marisco, muy bien decorado y como todo en la Polinesia con muchísima amabilidad.
El primer día tocaba a su fin.
jueves, 13 de noviembre de 2008
Polinesia - Moorea
Moorea tiene playas de arena coralina y es tal vez la isla con mayor riqueza cultural: artesanía, tatuajes, espectáculos folclóricos, galerías de arte.
Moorea es una de las islas con mayor belleza y vale la pena recorrerla. Un camino pavimentado circunda la costa (60 km). No existe servicio de transporte público pero si te alojas en un buen hotel, no hay porque preocuparse ya que existe un servicio de taxi privado del hotel.
martes, 28 de octubre de 2008
Polinesia - Tahití
En el primer piso se encuentran los puestos de los artesanos que vienen del resto de las islas para ofrecer sus trabajos. Allí podréis encontrar sobretodo tallas de madera, donde el "producto" estrella son los tiki, dioses de los maories.
No tengas prisa por nada y recorre todo el mercado ya que vale la pena, recorrerlo y tomárselo con calma.
Después del mercado nos acercamos a ver el Museo Pearl, donde se pueden observar las muestras más representativas de la cultura maorí.
Luego paseando por el centro de Papeete vemos que hay bastantes tiendas que se dedican a la venta de perlas. El cultivo de perlas negras es también una fuente sustancial de ingresos. La mayoría de las perlas son exportadas a Japón, Europa y los Estados Unidos.
Los precios os lo podéis imaginar, bastante caros. Pero la verdad es que pedimos que nos enseñaran unas piezas y pudimos ver la belleza de las perlas negras.
Cansados de tantos paseos, nos dirigimos al hotel, donde nos tenían reservada una sorpresa (eso pasa cuando no te lees las actividades diarias). Fiesta y baile polinesio.
El día llegaba a su fin.
A la mañana siguiente, nos despertamos tranquilamente, ya sabemos que aquí no hay prisa, con lo cual nos lo tomamos con calma, y que mejor que ir a la playa para no estresarnos? Pues eso a la playa....
No os esperéis playas de arena fina y blanca como las del Caribe, para nada son iguales. Aquí la arena es negra, y eso es normal ya que todo el archipiélago es de origen volcánico, con lo cual las playas tienen restos de granito y por lo tanto son negras.
La verdad es que dos días dan para poco para una isla que merece por los menos dos días más para poder ver todo lo que nos ofrece, pero así es el tiempo que no es infinito. El resto del día lo dedicamos a disfrutar del mar, el sol, los peces el buen tiempo y a comer hamburguesas de Mai Mai (pez típico de la Polinesia).
El problema de visitar este tipo de lugares es que te apetece conocer la cultura indígena y también disfrutar de las playas y el agua cristalina que te ofrece.
Después de pasar el resto del día y con otra fiestecita polinesia en el hotel, solo nos quedaba decir Onana (adiós) a Tahití. A la mañana siguiente volabamos a Moorea.