miércoles, 5 de diciembre de 2007

Vietnam - Hoi An

El camino desde Hue hasta Hoi An, no se hace nada pesado, ya que los paisajes que vas viendo hace que el viaje pase rápido. Antes de llegar al hotel pasamos por Danang ciudad de más de 1 millón de habitantes, pero que curiosamente, no tiene mucho interés turístico.
En los alrededores de Danang a 8 Km nos encontramos las Montañas de Mármol. Se alzan 5 montes calcáreos llamados Montañas de Mármol por la presencia en ellas de diversas variedades de mármol. Estas montañas también se las conoce con el nombre de Montañas de los 5 elementos, ya que según la tradición estas montañas representan a los 5 elementos (agua, madera, fuego, metal y tierra). Al subir a las montañas vemos 5 cuevas y 5 pagodas, siendo una de ellas espectacular.
En las cuevas podemos ver varias estatuas de buda y mausoleos.
Y aquí tenéis la Pagoda de la Montaña de Mármol, esta es la más famosa de las 5 que existen en esta montaña.

Tras la visita, seguimos camino hacia Hoi An, donde justo antes de llegar al hotel el monzón vuelve a hacer acto de presencia y nos inunda todo, madre mía que manera de llover. Menos mal que el día estaba tocando a su fin, porque claro estar visitando cosas y lloviendote a cantaros, no sienta muy bien.

Al día siguiente nos levantamos a las 6 de la mañana y lucía un sol extraordinario, así que pensé que como el hotel estaba situado en una playa de arena fina y teníamos el mar para nosotros solos, lo mejor que podíamos hacer era pegarnos un baño. El agua estaba a una temperatura ideal, que mejor manera de empezar el día que tomando un baño en uno de los parajes de este hermoso país.
Hoi An está situada a orillas del río Thu, a 30 Km de Danang. Tiene unos 80.000 habitantes, su nombre significa unión con la vida en paz y su casco antiguo está declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. La visita a Hoi An merece más de un día, ya que puedes ver un montón de cosas y lo mejor es hacerlo a pie. Parece que estemos en la china imperial y nos trasladamos a una época donde la prisa y el stress no existían.

Si vamos caminando por sus calles, lo primero que nos damos cuenta es que Hoi An es una ciudad muy comercial, con su mercado y con muchísimas tiendas donde podréis encontrar de todo, camisetas, máscaras, tallas de madera, sandalias, etc y todo a muy buen precio, por cierto no os olvidéis de regatear.
Uno de los monumentos emblemáticos de Hoi An es su puente japonés.

Después nos embarcamos para dar un paseo por el río Thu, en todo Vietnam el agua es muy importante para sus habitantes y siempre vemos mucha actividad en sus ríos.

Una de las cosas que encontré más curiosas fueron las casitas que se construyen los vietnamitas para poder pescar.
Seguimos con nuestro paseo en barca, y vemos como unos pescadores estaban remando con fuerza, pregunté que estaban haciendo, y me contestaron que estaban pescando con redes las gambas. O sea que habían lanzado la red para pescar y estaban remando a mano para luego recogerla, que duro, de verdad que duro.

Tras el paseo volvimos a patear la ciudad en busca de las últimas compras, ya que en Hoi An vale la pena ver todas sus tiendecitas. Acabamos reventados del día y nos fuimos para el hotel. A la mañana siguiente nos íbamos hacia Ho Chi Ming, la antigua Saigon.
Pero antes de despedirme os dejo la última foto de los jardines del hotel, espero que os guste.

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