jueves, 27 de septiembre de 2007

Vietnam - Hanoi (2)

Después de las emociones vividas el día anterior, nos levantamos con ganas de seguir viendo y viviendo Hanoi. Lo primero que vimos es que nuestro amigo el monzón seguía con nosotros, así que de nuevo otra jornada con lluvia.
Para los que no lo sepáis en Vietnam solo hay dos estaciones la lluviosa y la seca. La temperatura es prácticamente la misma durante todo el año, pero más o menos desde Agosto a Diciembre es cuando aparecen los monzones. Así pensé que ya que la lluvia iba a estar presente con nosotros durante todo o gran parte del viaje, debía ponerle un mote cariñoso a nuestro amigo monzón, y como no soy muy ducho en poner motes a nadie decidí llamarlo monzi (ya se que no es nada original).
Bueno al grano, nuestra primera parada del día fue el Lago Hoan Kiem, en español, Lago de la espada restituida. Este nombre hace referencia a una antigua leyenda que dice que un pescador al sacar su red de pescar de lago, encontró una espada que creyó había sido enviada por los dioses para expulsar a los chinos de Vietnam. Terminada la guerra fue nombrado emperador y se dirigió al Lago para devolver la espada, una vez allí vio como una enorme tortuga tomó la espada, para luego sumergirse de nuevo al fondo del lago (al más puro estilo Excalibur).
Allí encontramos el puente Te Huc, o puente donde descansa el sol naciente. Es un puente construido en madera roja y donde tienes unas buenas vistas del lago.

Cruzando el puente nos vamos directos al Templo de Ngoc Son, allí podremos ver una enorme tortuga disecada que apareció en el templo años atrás. En el Lago viven tortugas que de tanto en tanto se dejan ver por las orillas. Son tortugas marinas adaptadas a las características del lago, por lo que no son exáctamente iguales a una tortuga marina común.
Salimos del templo y nos dirigimos a un mirador donde podemos observar un pequeño islote en el centro del lago, allí se alza la torre de la tortuga o Thap Rua.

Al salir del Lago, fuimos a comprar unas entradas para ver marionetas sobre el agua, el precio creo recordar que eran 40.000 dongs en las mejores butacas, que al cambio son unos 2 €.
Tras la compra de las entradas decidimos ir a comer. Esta vez fue comida rápida, ya que queríamos no perder demasiado tiempo en la comida.
Hanoi es grande así que para hacernos una idea decidimos coger un rickshaw. Hanoi tiene mucho comercio, y las tiendas se concentran en calles. Me explico cada calle hay un tipo de comercio, así está la calle de las jugueterías, la de las zapaterías, fruterías, etc. También te haces una idea del tráfico de motos que existe.

Después del paseo por Hanoi, decidimos volver al Lago Oeste para ver la puesta de sol. Como todos los países que se encuentran entre los trópicos, amanece muy temprano, pero la caída del sol también se produce temprano. Sobre las 18:30 más o menos.

Después de ver el atardecer y volver a ver la cantidad de parejas que tienen la misma idea, nos dirigimos al Teatro de las marionetas sobre el agua. No os esperéis un gran espectáculo, pero la verdad es que por 2 euros, se pasa un buen rato y encima puedes disfrutar de la música vietnamita.

Acabado el espectáculo, decidimos volver al hotel caminando, pero al rato vimos que no estábamos en el camino correcto, así que al final desistimos y cogimos un taxi. Al día siguiente nos esperaba un lugar increíble que es patrimonio de la humanidad. La Bahía de Halong.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Vietnam - Hanoi

El comienzo del viaje fue casi como todos, la maleta a última hora como siempre, eran las 2 de la madrugada y allí me veía haciendo todavía la maleta y prometiendo que el año que viene la haré antes aunque se perfectamente que no lo haré....que pereza da hacer la maleta.
Taxi a la hora establecida y directos al aeropuerto, compras de revistas y embarque. Volamos a Milán donde hacemos escala técnica y de allí a Singapur. El vuelo largo y pesado como todos lo vuelos de 12 horas, juegos, lectura de Harry Potter, porque yo siempre seré como un niño, y Alatriste (en español, todo un lujo), y dormir? Nada de nada. Llegamos a Singapur y cambio de avión para Hanoi.
Aterrizamos y luce un sol espléndido. Tras 20 o 21 horas de vuelo, nos vienen a recoger y nos dicen que el museo etnográfico cierra al día siguiente o sea que después de 21 horas de vuelo, directos hacia el museo. Que deciros, la verdad es que tras 21 horas el museo se hace pesado y al cabo de media hora pierdes el interés. Pero lo mejor estaba por llegar, unos 5 minutos antes de acabar nuestra visita al museo, recibimos la visita del......monzón. Que manera de llover, pero si cuando entramos hacia sol !!!!!Hanoi es la capital de Vietnam y tiene unos 3 millones de habitantes y el medio más común de transporte es la moto, la verdad es que parecen hormigas, hay un montón de motos, que además sirven para transportar a un buen número de pasajeros. Una o dos personas en una moto es lo común, tres personas es fácil de ver, cuatro no es tan raro, pero yo es que he llegado a ver 5 en una moto scotter.

Tras las visita nos fuimos al hotel a por un merecido descanso, vemos que las vistas desde el hotel son preciosas, dan al lago Oeste.

Después del descanso y una merecida ducha, dimos un paseo alrededor del hotel y seguidamente fuimos a degustar nuestra primera cena vietnamita, "alós" vietnamita con carne de pollo y cerdo, y una salsa con algo rojo que picaba mucho más que el tabasco, que quemazón me dí en la lengua.

El despertador nos sonó a las 7:30 y nos dimos cuenta que nuestro amigo el monzón no nos había dejado, así que nuestra jornada iba a empezar con lluvia. Un buen desayuno y a la carga. Nuestra primera visita fue la Pagoda de Chua Tran Quoc, la más antigua de Hanoi. Esta pagoda se encuentra en el lago Oeste a muy pocos metros de nuestro hotel

Nuestro siguiente destino fue el conjunto monumental de Ho Chi Minh, fue el primer ministro de Vietnam del norte y fue el que logró unir al país dividido por la guerra con los americanos. Muchos de los vietnamitas piensan que es el gran padre de todos ellos. Al llegar al complejo volvió a aparecer nuestro amigo el monzón y entonces si que nos cayó lo que no había visto en mucho tiempo, todo el mundo corrió a refugiarse donde pudo. Cuando amainó un poco empezamos a ver el complejo, allí se puede ver la casa donde vivía Ho Chi Minh.
Tras ver la casa y el estanque fuimos a ver la Pagoda de un solo pilar, que es un pequeño templo de madera y que se sustenta sobre una columna.
Y por último vimos el Mausoleo a Ho Chi Minh, que fue construido por los vietnamitas y los rusos, por eso está construido al más puro estilo soviético.Seguidamente nos fuimos a ver el Templo de la Literatura, pero mientras nos dirigíamos allí vimos a nuestras primeras comerciantes, me llamó mucho la atención ya que el tiempo se detenía en hace muchos, mucho años. Tuvimos suerte ya que en todos los templos y los monumentos había mucha decoración, ya que el día anterior había sido la fiesta del día de la independencia. El templo está muy bien conservado, consta de 5 grandes patios a los que se accede por una sucesión de puertas, allí veréis grabados a los mejores estudiantes de los años de dominación china.

Nuestro segundo día en Hanoi, en cuanto a visitas llegaba a su fin. Por la tarde nos dimos el gusto de pasear por todo el lago Oeste y observamos que es donde van las parejas de novios a pasear y a hacerse carantoñas y también observamos que cruzar la calle en Hanoi es cosa de valientes, ya que tienes que ir poco a poco, para que las motos te vayan pasando por los lados.

Lo bueno de Hanoi es que puedes pasear tranquilamente por sus calles, no te miran como un bicho raro, como me pasó en India, la verdad es que no tienes porqué tener ningún problema y la gente en todo momento se muestra amable y respetuosa.

martes, 18 de septiembre de 2007

Vietnam

Después de mi último día en Vietnam hice balance de lo que había visto y vivido.
Después de llevar diez días por Vietnam puedo decir que este es un país encantador. Desde el día en que estábamos aterrizando en Hanoi y veíamos grandes extensiones de plataneros, ya me dí cuenta que era un país verde, de una exuberante naturaleza, lleno de vida gracias a los innumerables ríos que recorren sus tierras.
Este agua que en sus diferentes versiones, (ríos, lluvia, mar) hace que Vietnam sea diferente. Allá por donde vayas en Vietnam, el verde es el color principal, es un verde intenso que para los que estamos enclaustrados en la ciudad hipnotiza, al igual que sus ríos. Ciudad, pueblo o aldea donde estés, allí que existe un río, afluente o lago.
Luego está su gente, amable donde las haya, sobretodo en las zonas rurales siempre hay una sonrisa esperándote, tienen siempre una predisposición para ayudarte en todo lo que puedan.
Y por último su cultura, 1.000 años de dominación china se nota en toda su cultura. Aunque su escritura ya no tiene nada que ver con la china, todavía los ancianos la pueden leer y escribir. El cambio de escritura fue gracias a la colonización francesa y en particular a un fraile que ayudó a occidentalizar la escritura.

Traslado mis pensamientos hasta hace unos días cuando estábamos en Hoian. Hoian tiene playas paradisiacas, de arena fina aunque no sea blanca, extensiones largísimas llenas de palmerales y de naturaleza agreste, que me hicieron pensar que hace 30 años la costa catalana era parecida, (salvando ese punto paradisiaco), la recuerdo gracias a que pasé los mejores veranos de mi infancia en unas playas con poca gente y lleno de descampados con naturaleza digamos "salvaje" y con palmeras que nacían en la playa, pero el progreso se la ha cargado.
Así pues me hice esta reflexión, supongo que está hecha desde el egoísmo y desde una posición privilegiada que los vietnamitas no tienen, y que seguramente muchos no estaréis de acuerdo conmigo, pero eso es lo que pienso.
No deseo que prosperen, ya que el turismo trae progreso, pero destruye el entorno idílico que caracteriza este país. Evidentemente no deseo que pasen hambre (que no lo hacen) pero no deseo que el boom inmobiliario llegue a este país, no quiero que empiecen a cargarse la naturaleza por hacer más hoteles y más resorts.
Tres días después de estar en Hoian, al llegar a Ho Chi Minh, mis pensamientos se reafirmaron. Ho Chi Minh es una ciudad enorme de más de 8 millones de habitantes con más de 3 millones de motos. La ciudad crece día a día y se expande en las afueras, y el precio de esa expansión es la destrucción de la naturaleza que les rodea.
Con el progreso les llegará el "bienestar", pero perderán el encanto que tienen, su naturaleza y sus tradiciones y valores. Cuando pase eso empezarán a echarlo de menos al igual que nosotros.
Aquí nosotros queremos volver a pasear en bici por nuestras ciudades, por eso creamos el carril bici, allí eso ya lo tienen y lo están perdiendo. Cada vez se van suprimiendo más las bicis por las motos y a estás les sucederán los coches, el tráfico y los colapsos..... una pena.

Por todo eso no, no quiero que les llegue el progreso, quiero que sigan siendo tan auténticos como ahora y que leguen lo que tienen a las generaciones venideras.