A 260 Kms. de Tahití, los montes Otemanu, Pahia y Hue brotan en medio de un inmenso lago tan solo a un paso. La Isla de Bora Bora (10 Kms. de largo y 4 de ancho) toda cubierta de verde contrasta con el azul y turquesa del lago. Continuamente estaremos hablando de lagos, en realidad son lagunas interiores que forman las barreras de coral. Se dice de la laguna de Bora Bora que es la más bella del mundo, Bora Bora es la perla de La Polinesia.
Por fin llegamos a la última isla del viaje, la ansiada y esperada Bora Bora. Ya desde el aire se ve lo increíble que es, una piscina en medio del Océano Pacífico.
Las diferentes tonalidades de azul se observan a la perfección, junto con la única entrada que tiene el mar a la laguna. Bora Bora está rodeada por un arrecife de coral que hace que sus aguas sean como una balsa de aceite.
Aterrizamos en un Motu, que son las islitas que rodean a la principal, justo al lado del arrecife.
Bora Bora tiene playas de arena coralina, sin olas, bañadas por un mar de tintes exquisitos. Estas playas se ubican en los motu del arrecife y, en la isla central, en el sector de Matira.
El traslado al hotel evidentemente se hace en barco, nos dirigimos a Matira Point.
El hotel realmente fantástico, hicimos el esfuerzo de alojarnos en un bungalow sobre el agua. La verdad es que vale la pena hacerlo en Bora Bora.
Lo primero que hacemos es darnos una vuelta por el hotel para localizarlo todo. Seguidamente vemos que el hotel tiene un recinto vallado y detrás de esas vallas se encuentran un
montón de animales.
Pero pensé que mejor que verlos desde detrás de la valla, era mucho mejor verlos dentro de la valla y allí que me metí.
Tortugas, peces de colores, una manta y un tiburón pequeño era la fauna que había en la pequeña piscina del hotel y lo mejor es que dejaban bañarse con estos animales. Las fotos subacuáticas las hice con una cámara de esas de usar y tirar.
Tras el remojón seguimos viendo los alrededores del hotel, y en la recepción nos encontramos con una improvisada fiesta.
Tras la fiesta, decidimos darnos una vuelta por la capital de Bora Bora, Vaitape. La aldea principal no es lo más llamativo de la isla. En su única calle encontrará almacenes, tiendas, bancos, un centro artesanal y el muelle de las naves que van al aeropuerto. Incluso tienen un cajero automático !!!!
Después de hacer unas compras, volvimos al hotel donde preguntamos algún lugar donde cenar y nos recomendaron el Bloody Mary's, cena no muy cara a base de pescado y marisco, muy bien decorado y como todo en la Polinesia con muchísima amabilidad.
El primer día tocaba a su fin.