martes, 28 de octubre de 2008

Polinesia - Tahití

Aquí estoy de nuevo, esta vez con uno de los lugares más exóticos en los que he estado.

La Polinesia francesa son un conjunto de 118 islas que están divididas en varios archipiélagos, las Islas de la Sociedad que son las más conocidas de todas, las Islas Marquesas, Islas Tuamotu, Islas Gambier y las Islas Australes.
Tahití pertenece a las Islas de la Sociedad y es quizás la más conocida de todas las islas de la Polinesia.
Tahití se divide en dos islas, Tahiti Nui o Gran Tahití, ubicada al nortoeste y Tahiti Iti o Pequeña Tahití, ubicada al sureste.
El pintor francés Paul Gauguin vivió en Tahití en los años 1890, plasmando en sus obras los paisajes y las gentes de la isla. Hoy, la villa de Papeari tiene un pequeño museo con obras de Gauguin.
Desde luego si quieres olvidarte del mundo y de todo el ajetreo diario cualquiera de estas islas te servirá para oxigenarte y darte uno o varios respiros.
En la Polinesia todo ocurre muy despacio, allí la palabra prisa no está dentro de su diccionario, así que para todo tendrás que tener mucha paciencia, y la verdad es que si estás de vacaciones... que prisa tienes.
La Polinesia está situada en el Pacífico Sur, con un clima envidiable y muchas horas de sol, su flora es típicamente tropical, donde se destacan los árboles de mango, papayas, cocoteros, bananeros, piñas y un largo etcétera de árboles frutales a los que añadimos flores de todos lo colores y tamaños, así con tantas flores no es de extrañar que el emblema de Tahití sea una gardenia.
Para llegar hasta Tahití nosotros hicimos un alto en el camino en California, pero esto ya lo pondremos otro día. Desde Los Ángeles hasta Papeete son 8 horas de vuelo.
Llegamos de madrugada al aeropuerto de Faaa y lo mejor fue que mientras el sol salía a nosotros nos recibían con un collar de flores.
Papeete es la capital de Tahití, es probablemente la ciudad más cosmopolita de toda la Polinesia, su nombre significa "canasta de agua". Se ubica en la bahía que bordea la costa norte de Tahití y constituye un importante puerto del Pacifico Sur, es sede de los bancos y principales industrias.
Lo primero que fuimos es al hotel a descansar un poquito y a luego la magnifica piscina para darnos un bañito relajante.
Una vez descansados cogimos el primer autobús hacia la capital. Lo primero que fuimos a visitar fue el mercado, que desde luego no os lo podéis perder.
El mercado es el verdadero polo de atracción de la ciudad, con su alma única, y su historia. La animación es perpetua, y el ambiente está a tope todos los días desde las 4 de la mañana hasta las 6 de la tarde. En sus más de 7000 m2, ofrece al visitante un abanico completo sobre la auténtica vida polinesia.
Fruteros, verduleros, carniceros, pescaderos y floreros dan vida a este singular mercado. En el apartado de las flores no os podéis perder los puestos de las orquídeas, cuyas variedades locales se cuentan entre las más escasas y más bellas del mundo.

En el primer piso se encuentran los puestos de los artesanos que vienen del resto de las islas para ofrecer sus trabajos. Allí podréis encontrar sobretodo tallas de madera, donde el "producto" estrella son los tiki, dioses de los maories.
No tengas prisa por nada y recorre todo el mercado ya que vale la pena, recorrerlo y tomárselo con calma.
Después del mercado nos acercamos a ver el Museo Pearl, donde se pueden observar las muestras más representativas de la cultura maorí.
Luego paseando por el centro de Papeete vemos que hay bastantes tiendas que se dedican a la venta de perlas. El cultivo de perlas negras es también una fuente sustancial de ingresos. La mayoría de las perlas son exportadas a Japón, Europa y los Estados Unidos.
Los precios os lo podéis imaginar, bastante caros. Pero la verdad es que pedimos que nos enseñaran unas piezas y pudimos ver la belleza de las perlas negras.
Cansados de tantos paseos, nos dirigimos al hotel, donde nos tenían reservada una sorpresa (eso pasa cuando no te lees las actividades diarias). Fiesta y baile polinesio.

El día llegaba a su fin.

A la mañana siguiente, nos despertamos tranquilamente, ya sabemos que aquí no hay prisa, con lo cual nos lo tomamos con calma, y que mejor que ir a la playa para no estresarnos? Pues eso a la playa....
No os esperéis playas de arena fina y blanca como las del Caribe, para nada son iguales. Aquí la arena es negra, y eso es normal ya que todo el archipiélago es de origen volcánico, con lo cual las playas tienen restos de granito y por lo tanto son negras.

La verdad es que dos días dan para poco para una isla que merece por los menos dos días más para poder ver todo lo que nos ofrece, pero así es el tiempo que no es infinito. El resto del día lo dedicamos a disfrutar del mar, el sol, los peces el buen tiempo y a comer hamburguesas de Mai Mai (pez típico de la Polinesia).
El problema de visitar este tipo de lugares es que te apetece conocer la cultura indígena y también disfrutar de las playas y el agua cristalina que te ofrece.
Después de pasar el resto del día y con otra fiestecita polinesia en el hotel, solo nos quedaba decir Onana (adiós) a Tahití. A la mañana siguiente volabamos a Moorea.

martes, 14 de octubre de 2008

Sudafrica - Sun City

Llegamos a la último tramo de nuestro viaje. Después de estar arriba y abajo con aviones y coches, nos merecíamos un descanso y uno de los mejores sitios para hacerlo en Sudáfrica es Sun City.
Situada en una zona relativamente inhóspita y a unas dos horas en coche de Pretoria, Sun City la ciudad que nunca duerme, es un resplandeciente centro de recreo.
Sun City es la obra del hotelero multimillonario Sol Kerzner, construida durante la década de los 70. Allí se congregan toda clase de recreo, juego, atracciones, deportes. A Sun City también la han bautizado con el nombre de Las Vegas de África.
Te encuentras en medio de una especie de desierto y de allí aparece un vergel. Naturaleza exhuberante, agua por doquier, todo fruto de un visionario.
Sun City tiene uno de los mejores hoteles de Sudafrica el The Palace of the Lost City.
Por la noche todo el complejo está perfectamente iluminado para que no al anochecer no te pierdas ningún detalle.

La verdad es que este complejo es para relajarte, ir a la piscina, jugar en el casino, pasear. El complejo tiene incluso una playa artificial con oleaje incluido.
Pero si te gusta el golf, Sun City tiene dos campos impresionantes, el primero es el Gary Player, donde Sergio García ha ganado en un par de ocasiones el torneo del millón de dólares, y el segundo es el famoso The Lost City. Seguramente me preguntareis porqué es famoso?
Pues bien este campo es famoso porque en el hoyo número 13, un par 3 de 150 metros, hay un hazard donde residen 9 cocodrilos del Nilo, o sea bichos de 5 metros de largo.


La verdad es que un par de días de descanso se agradecen y además si se hacen viajes largos hasta es muy recomendable que siempre guardéis un par de días para este tipo de estancias.
Bueno, pues aquí se daba por finalizado el viaje a Sudáfrica, solo nos quedaba coger el avión de regreso a Barcelona y volver a planear el siguiente viaje.